Los niños no siempre saben que están pasando por una experiencia traumática.

Ellos sólo saben que están terriblemente asustados o abrumados por algún evento. Un bebé o niño pequeño no es capaz de expresar con palabras la experiencia y un hijo de edad escolar intermedia o un adolescente puede estar demasiado asustado para intentarlo. Es por eso que usted tiene que desarrollar el hábito de Ver a Través de sus Ojos.
   
¿Cómo se hace esto?
  • Manténgase vigilante de los cambios en el comportamiento de su hijo. Preste atención si los ve comportarse de una manera que no es habitual para ellos. Un niño normalmente tranquilo puede empezar a ser travieso o llorar mucho. O un niño típicamente hablador puede volverse silencioso y retraído. Busque cambios en la forma en que socializa con otros niños o interactúa con los adultos. Si bien no todos los cambios pueden ser señal de trauma, los cambios de conducta son a menudo los primeros signos de un problema después de un evento traumático.
  • Abra la puerta para que su hijo hable con usted acerca de cualquier cosa que pudiera estar  haciéndolo sentirse incómodo. En un ambiente seguro y familiar, pregúntele a su hijo si algo inusual ha ocurrido. Para los niños pequeños, esto deberá hacerse mientras están haciendo algo familiar y cómodo, como colorear o jugar con una muñeca. Para un adolescente, elija un sitio en el que estén más a gusto. Plantee la pregunta en un ambiente seguro, sin distracciones y dele a la conversación toda su atención.
  • Los niños son más propensos a describir un evento como lo vieron en vez de explicar sus reacciones y sentimientos. Así que hay que darles algo de dirección, haciéndoles preguntas que les ayuden a describir el evento primero. Luego pídales que le expliquen cómo se sintieron durante el evento, mientras estaba sucediendo, y cómo se sienten al respecto ahora.
  • No trate de etiquetar lo que le están diciendo ni juzgar nada de lo mismo. Basta con escuchar, ver y darles retroalimentación compasivamente, como asentir con la cabeza. A veces el lenguaje corporal de un niño es más expresivo que sus palabras.
  • Los niños pueden necesitar esto más de una vez para sentirse seguros y lo suficientemente valientes como para responder a sus preguntas. No lo presione si no está dispuesto a hablar. Simplemente continúe dándole aberturas para hablar de lo que le preocupa.
  • No importa lo que su hijo le diga, mantenga la calma. Deje que el niño sepa que está seguro con usted. Hágale saber que usted lo ama y refuerce que no es su culpa. Hágale saber que usted está de su lado y que le ayudará a hacer frente a la situación.